Potentes químicos en contacto con la zona más delicada de la mujer no es precisamente la idea de protección que tienen cuando están menstruando. En esta investigación ahondamos sobre qué compuestos tienen las toallas higiénicas y qué peligro representan para la salud de las mujeres.
Por: Redacción
Con alas, sin alas, con gel o tela, súper delgadas o acolchonadas para mayor aguante, con canal central y de forma anatómica, las toallas higiénicas están diseñadas, según sus anunciantes, para dar comodidad y protección a la mujer durante su periodo menstrual.
Pero, quel adminículo usado para el ‘bienestar’ femenino termina por ser un agente de contaminación para la propia mujer que, al largo plazo, podría llegar a ser mortal.
Una mujer en edad fértil puede llegar a usar alrededor de cinco toallas higiénicas por día. Si tenemos en cuenta que un periodo menstrual promedio dura aproximadamente cinco días por mes, se tiene que al año llegaría a consumir unas 300 toallas.
Pero las cifras se tornan realmente alarmantes si consideramos que una mujer tiene en promedio 37 años de fertilidad (desde los 12 años hasta los 49 de acuerdo con el último del Censo 2017). En total, durante su vida llegaría a usar aproximadamente 11 mil 100 toallas higiénicas que, una a una, ha ido liberando potentes y tóxicos químicos en el cuerpo de la mujer.
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Este constante y masivo contacto con estos implementos de higiene podría acarrear serias consecuencias para la salud de la mujer debido a los químicos que estos contienen.
Un estudio publicado en la revista Environmental Health Perspectives en febrero de 2018, titulardo “Feminine Care Products and Endocrine Disruption: A Preliminary Exploration of Reported Menstrual Effects”, encontró que algunas marcas de toallas sanitarias y tampones contienen químicos tóxicos como dioxinas, furanos y pesticidas. Estos químicos, por cierto, pueden estar asociados con problemas de salud, como trastornos hormonales y cáncer.
Los investigadores analizaron un total de 62 productos de cuidado femenino, incluyendo toallas sanitarias, tampones y protectores diarios. Encontraron que casi el 80% de los productos contenían al menos un químico tóxico, y algunos productos hasta 22.
La dioxina, por cierto, es un químico altamente tóxico para el ser humano. Hay dos formas en que este compuesto es liberado: mediante la combustión de materiales orgánicos y como subproducto en ciertos procesos químicos y de fabricación.
La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés) clasifica las dioxinas como agentes cancerígenos para los humanos. Según la IARC, “hay evidencia suficiente en humanos para la carcinogenicidad de las dioxinas”. También señalan que “los estudios en animales y en vitro proporcionan una fuerte evidencia de la carcinogenicidad de las dioxinas”.
Además, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), “las dioxinas tienen efectos tóxicos a largo plazo en el medio ambiente y los seres humanos, incluyendo el desarrollo humano, la función del sistema inmunológico, la función hormonal y la reproducción” (OMS, 2010).
La Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés) también informa sobre los efectos tóxicos de las dioxinas. Según la EPA, “la exposición a largo plazo a dioxinas puede causar una serie de efectos tóxicos en los seres humanos, incluyendo cáncer, problemas de desarrollo, daño al sistema inmunológico y alteraciones hormonales” (EPA, 2021).
Los furanos son un grupo de compuestos químicos similares a las dioxinas y también se producen como subproductos de ciertos procesos químicos y de fabricación. Al igual que las dioxinas, los furanos son tóxicos y persistentes en el medio ambiente.
La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) ha clasificado algunos furanos como posibles cancerígenos para los humanos (Grupo 2B). Según la IARC, “se han informado efectos cancerígenos en animales de laboratorio expuestos a algunos furanos” (IARC, 2012).
Además, los furanos se han relacionado con efectos tóxicos en el sistema nervioso, endocrino e inmunológico en los seres humanos. Se cree que los efectos tóxicos de los furanos se deben a su capacidad para alterar la expresión génica y afectar la regulación de las hormonas en el cuerpo (EPA, 2010).
La Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA) también informa sobre los efectos tóxicos de los furanos. Según la EPA, “los furanos tienen una toxicidad similar a la de las dioxinas y pueden causar efectos tóxicos en los seres humanos, incluyendo cáncer, daño al sistema nervioso, disfunción hormonal y efectos inmunosupresores”.
En el 2018 la Organización Mundial de la Salud alertó sobre la prevalencia del cáncer de mama como el más común en las mujeres jóvenes en el mundo.
En un mundo cada vez más inclinado a las alternativas saludables y naturales, el uso de las toallas higiénicas debiera, entonces, quedar en el pasado en salvaguarda de la salud de millones de mujeres alrededor del mundo.