EL DRAMA DE LAS GALLINAS ENJAULADAS (III): HÁBITOS DE CONSUMO (INTERACTIVO)

Encuesta realizada por la nueva plataforma de acción, Perú sin Jaulas, demuestra que cada vez más personas se interesan por el consumo de huevo de gallinas libres de jaulas. Conozca más en el siguiente reportaje interactivo.

Por: Redacción

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EL DRAMA DE LAS GALLINAS ENJAULADAS (PARTE I): LA LUCHA POR UN TRATO MÁS HUMANO

La industria del huevo en el Perú podría ponerse a la par de la Unión Europea en lo que a respeto animal se refiere gracias a un proyecto de ley que busca liberar de jaulas, maltrato y hacinamiento a las gallinas ponedoras.

Por: Redacción.

Históricamente el huevo de gallina ha demostrado ser una fuente rica de proteínas y grasas saludables destinadas a preservar la salud de quienes lo consumen. Incluso, la prestigiosa Clínica Mayo en Estados Unidos, asegura que comer hasta siete huevos a la semana (en el caso de una persona sana) puede “ayudar a prevenir ciertos tipos de accidente cerebrovascular y una afección ocular grave llamada degeneración macular, que puede causar ceguera”.

Pero tan bondadoso insumo es, en la mayoría de los casos, el resultado de extendidas prácticas de explotación, maltrato y hacinamiento. En tiempos donde los humanos, conscientes del impacto que su desarrollo ha tenido sobre la naturaleza, la búsqueda de alternativas humanas y sostenibles es una causa urgente. Así lo ha entendido la Unión Europea que se ha unido para poner fin al sufrimiento físico y mental de millones de gallinas ponedoras e implementar el consumo masivo de huevos de gallinas libres de jaulas.

En mayo pasado, representantes del sector avícola y ovoproductor de la Unión Europea, se congregaron en Madrid para la asamblea anual del European Union of Wholesale in Eggs and Eggs-Products (EUWEP) que agrupa a las principales organizaciones de Europa. Vito Mastrangelo, el presidente de EUWEP, sostuvo al inaugurar la cita que: “nuestras prioridades son la sostenibilidad económica y ambiental de nuestra actividad, unida a un elevado nivel de bienestar animal y a un bajo impacto ambiental”.

Actualmente la Comisión Europea se encuentra elaborando una legislación para eliminar progresivamente el uso de jaulas en la cría de animales en toda la UE. La meta es el 2027. Ese año es el plazo para proscribir definitivamente el uso de jaulas para los animales de granjas entre los que se encuentran no solo las gallinas, sino también las cerdas gestantes, terneros, conejos, patos, gansos, entre otros.

Este es el último tramo de un largo camino que empezó en el 2018 con el movimiento ciudadano ‘End the cage age’ (Fin a la era de las jaulas) que recibió el apoyo de 1.4 millones de ciudadanos europeos que exigieron a sus autoridades impulsar esta ley.

En la región, Chile, Argentina y Colombia se encuentran debatiendo leyes en favor de liberar de las jaulas a las gallinas ponedoras, mientras que Ecuador la ley ya fue aprobada. En Perú, el proyecto de Ley 955/2021 presentado al Congreso de la República el 10 de diciembre pasado por la ONG ARBA y los congresistas del Partido Morado Susel Paredes y Edward Málaga, se encuentra estancado en la Comisión de Agricultura.

El proyecto fue elaborado por la ONG ARBA (Asociación para el rescate y bienestar de los animales), que forma parte del Open Wing Alliance, que reúne a 81 organizaciones de 64 países que luchan en favor de liberar a las gallinas ponedoras de la explotación y hacinamiento en el que viven.

Iselda Livoni, directora de ARBA, teme que el Congreso termine por archivar dicha ley debido a presión de la industria avicultora.  

LA REALIDAD DE LA INDUSTRIA DEL HUEVO EN EL PERÚ

El huevo, noble producto de la gastronomía mundial, esconde detrás de sí una historia de horror. Las granjas, grandes o pequeñas, artesanales o industrializadas, que comercializan huevos de gallinas enjauladas buscan maximizar el rendimiento al menor costo. Es así como una gallina ponedora puede llegar a vivir hasta dos años al interior de una pequeña jaula, lo que restringe severamente su movimiento generando un alto grado de estrés que desata en ellas un comportamiento agresivo hasta el punto de caer, incluso, en el canibalismo.

De acuerdo a un informe elaborado por ARBA en el año 2020, las gallinas suelen pasar “más del 50% de su tiempo buscando alimento, esto significa que los comportamientos de búsqueda, picoteo y raspado del piso comparten la misma cantidad de motivación que las demás actividades”. El estar encerradas, por cierto, es una condición antinatura para ellas.

Por otro lado, sostiene que el comportamiento natural de las gallinas incluye el abrir sus alas dos veces por hora y volar dos veces cada cinco, pero que, al vivir enjauladas, inhabilitadas de libre movimiento, terminan por generar huesos frágiles y músculos débiles, lo que provoca la ruptura de sus alas.

Las gallinas también son sometidas a prácticas de inanición (muda forzada), en las que se les priva de agua y alimento hasta por dos semanas. Por acción propia de sus organismos, las gallinas tienen un segundo aire antes de morir y se vuelven más productivas que antes. Luego mueren desnutridas y deshidratadas.

Gallinas llevadas a la inanición con el fin que aumenten su producción de huevos.

Pero esa no es la única práctica cruel a las que son sometidas. También se las mutila siendo aún bebés.

Basta con ingresar a YOUTUBE y escribir en el motor de búsqueda: “despicar gallinas” para que salga un rosario de videos, uno más cruel que el otro, donde se puede ver ‘técnicas’ para el cortado del pico. Esta práctica, explica Iselda, tiene como consecuencia no solo la mutilación del animal sino un sufrimiento prolongado.

El informe de ARBA señala que el procedimiento “incluye cortar a través del hueso, cartílago y tejido blando. La punta del pico contiene una gran de inervación y las gallinas continúan sintiendo dolor un largo tiempo después de la operación”.

De acuerdo con el informe, de los 30 millones de gallinas ponedoras que hay en el país, solo un 2% (600 mil) viven libres y un aterrador 98% (29 millones 400 mil) viven encerradas en jaulas, con los picos cortados y bajo un intenso estrés. Además, se les suministra antibióticos preventivos debido a la gran cantidad de lesiones que sufren durante su cautiverio. Esas sustancias luego son transmitidas al huevo y de ahí al ser humano que los consume. El riesgo: generar tolerancia a los antibióticos.

Industrialización y producción masiva que termina por cosificar a un ser vivo y a su justificar la crueldad en aras del buen precio. En este contexto de horror y sufrimiento surge una pregunta:, ¿por qué cambiar esta situación si el objetivo final es llevar el huevo a la mesa?

En el Perú hay hasta el momento 50 granjas de gallinas libres de jaula. Son modelos de negocios que cada vez se está volviendo más populares pese a que el precio de venta de los huevos es mayor al producido por gallinas enjauladas.

Para Iselda, vale la pena el esfuerzo. “Cuesta más caro porque la gallina come mejor alimento, vive libre de estrés, libre de antibióticos, sin jaula, sin compartir con gallinas muertas o sangrantes, donde pueden ejercer su comportamiento natural”.

Antes de pensar en el siguiente omellet, o en los huevos revueltos del desayuno, una pregunta entra a tallar: ¿el huevo de qué gallina preferiría comer?

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