LA ESCUELA DE LA PRENSA

A 75 años de creada la llamada “Escuelita de Beltrán”, que dio inicio al periodismo moderno en el Perú, recorremos la historia del diario que la albergó: La Prensa.

Por: Redacción

Periodismo de equina y bohemia. De opinión y azar. Aquel que se cocinaba en las cantinas del Centro de Lima y que no guardaba rigores ni, en muchos casos, imparcialidad, fue el tipo de periodismo que don Pedro Beltrán Espantoso se encontró en el diario La Prensa al asumir su dirección en 1947, cuando el cargo quedó vacante luego del asesinato de su entonces director, Francisco Graña Garland.

Francisco Graña Garland, director del diario La Prensa, asesinado el 7 de enero de 1947.

Beltrán, quien conocía el teje y maneje del periodismo norteamericano (gracias a su amistad con Arthur Hays Sulzberger, editor de The New York Times, que sentaba sus bases en la llamada pirámide invertida y en las 5 W y 1 H (who, what, where, when why y how por sus siglas en inglés), decidió llevar el oficio nacional al siguiente nivel. Inició así una capacitación dentro del local del diario, ubicado en el Centro de Lima, donde impartía clases de periodismo.

Don Pedro Beltrán Espantoso, asumió la dirección del diario a la muerte de Graña. Inicio la llamada “Escuelita”, donde capacitó a jóvenes periodistas en el estilo norteamericano de periodismo.

Ahí no solo les enseñó la importancia de la imparcialidad y el rigor del dato verificado, sino también cómo mezclar todo ello con una redacción ágil y un diseño atractivo. Así se inició la época de las primeras planas con grandes y llamativos titulares, con las fotos de portada atractivas y el diagramado ágil.

Entre los aplicados “estudiantes” se encontraban Alfonso Grados Bertorini, entonces jefe de informaciones, intelectuales como Sebastián Salazar Bondy, Julio Cotler y hasta el propio Mario Vargas Llosa. Se encontraba también Arturo Salazar Larraín, quien fuera, años después, el último director del diario.

A continuación una reseña del diario fundacional del nuevo periodismo peruano.

Video: Arisa Kawasaki, Camila Jaime, Emelie Leiva, Casandra Lingan, Ana Loaiza y Junior Lucio.
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REPORTEROS EN LA MIRA

Cómo los profesionales de la información se vuelven en el blanco dentro de una guerra sin ley.

Por: Redacción

En épocas en las que los smartphones han dado la posibilidad de tomar cada vez mejores fotografías, ¿el poder disparar una foto, llenar el Instagram de imágenes capturadas, nos convierte en fotógrafos? ¿El hacer ‘lives’ en IG nos convierte en reporteros?

Decir que sí, sería reducir todo el esfuerzo, la pericia, el ojo, la preparación y la cultura general que hay detrás del oficio del periodista.

Es por eso, que en tiempos del llamado ‘periodismo ciudadano’ (cuando cualquier persona difunde noticias por redes sociales propias o ajenas), son los reporteros de guerra quienes siguen, literalmente, al pie del cañón informativo y demuestran que ser reportero no es un trabajo, sino un estilo de vida.

La guerra desatada por Rusia en Ucrania es una muestra de ello. Son estos hombres y mujeres que con cámaras de foto o video, o simplemente con sus libretas, vienen informando al mundo de la atrocidad desatada.

Son ellos y ellas que, cuando empezaron los primeros acercamientos de tanques invasores a la frontera ucraniana, se desplazaron de distintas partes del mundo en pos de la noticia, aún a costa de sus vidas.

Desde el 17 de febrero, son seis los periodistas fallecidos en esta guerra de acuerdo al recuento del Instituto Ucraniano de Información de Masas.

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Las muertes del camarógrafo Pierre Zakrzewski de la cadena norteamericana Fox News y de la productora periodística ucraniana Oleksandra Kuvshynova, son las dos últimas bajas de la violenta guerra desatada por Vladimir Putin. El reportero Benjamin Hall, que suele cubrir el Departamento de Estado, resultó herido y hospitalizado. El equipo se encontraba cubriendo en Horenka, en las afueras de Kiev cuando fueron abaleados el pasado martes 15 de marzo.

Zakrzewski no era un novato. Su lente captó el horror humano de la invasión a Irak, la guerra en Afganistán y en Siria.

Pero lamentablemente no son los únicos. Viktor Dudar, corresponsal militar ucraniano, fue acribillado en medio de los combates a las afueras de la ciudad portuaria de Mykoliav. Su compatriota, el camarógrafo Yevhenii Sakun murió cuando la torre de trasmisión de la televisión de Kiev fuera bombardeada por la artillería rusa. Sakun era camarógrafo del canal de televisión local LIVE.

El norteamericano Brent Renaud, de 50 años, reconocido periodista documentalista, cayó abatido en un puesto de control en Irpin, en las afueras de Kiev el domingo 13 de marzo. Fuerzas rusas abrieron fuego contra el vehículo en el que iba. Iba con él el periodista norteamericano de origen colombiano, Juan Arredondo, que resultó con proyectiles incrustados en su espalda baja.

Renaud tiene una larga trayectoria como corresponsal de guerra y documentalista. Ha cubierto las guerra de Afganistán e Irak. También ha documentado la violencia en Haití, Honduras y México, lugar donde centró la trama de su premiado documental “Arming the mexican cartels”. En el 2014 ganó un premio Peabody por el documental sobre las escuelas de Chicago: Last Chance High.

Su compañero, Juan Arredondo, contó aún en shock los detalles en los que fueron atacados por la artillería rusa: “Estábamos cruzando uno de los primeros puentes en Irpin, íbamos a filmar la salida de otros refugiados y nos subimos a un auto (…) Alguien se ofreció a llevarnos al otro puente, cruzamos un puesto de control y nos empezaron a disparar. Entonces el conductor dio la vuelta y siguieron disparando. Somos dos. Mi amigo es Brent Renaud, le dispararon y se quedó atrás… vi cómo le disparaban en el cuello”.

Ambos estaban produciendo un documental sobre la crisis global de refugiados para la revista Time.

PERIODISTAS EN LA MIRA

En esta guerra ya van más de 35 los periodistas heridos en ataques dirigidos a ellos por las fuerzas rusas. Lyudmyla Denisova, comisionada de Derechos Humanos del parlamento ucraniano, publicó un comunicado en redes sociales oficiales que “están matando y disparándoles a los periodistas”.

Entre los 35 heridos se encuentran el periodista suizo Guillaume Bricke cuando viajaba hacia Nikolaev. Según Denisova, militares rusos dispararon contra su vehículo blindado que decía PRENSA. Lo extrajeron violentamente del vehículo y robaron sus pertenencias, entre ellas, dinero en efectivo.

Maida Slamova y Vojtech Bogach, ambos reporteros de la edición checa de Voxpot, también fueron atacados por las tropas rusas.

Los daneses Stefan Weichert y Emil Filtenborg, corresponsales del periódico Ekstra-Bladet, también resultaron heridos al ser baleados.

El lunes 28 de febrero un equipo de la cadena Sky News, el corresponsal en jefe Stuart Ramsay, el camarógrafo Richie Mockler, los productores Martin Vowles y Dominique Van Heerden y la productora local Andrii Lytvynenko, fueron baleados desde un helicóptero ruso mientras intentaban llegar a la ciudad de Bucha, donde unos contactos les habían ofrecido llevarlos a donde yacía un convoy ruso abatido.

Advertidos del peligro por soldados ucranianos, emprendieron la ruta de regreso a Kiev. Pero no siguieron la misma ruta. De pronto, desde los escombros de una intersección se abrió fuego contra ellos. Comenzaron a gritar: “¡somos periodistas”! creyendo que tal vez eran las fuerzas ucranianas que los habían confundido, pero el fuego seguía más intenso. Era fuego ruso.

No cesaba la descarga de disparos, por lo que los periodistas tuvieron que abandonar el vehículo, ya destrozado, y enrumbar hacia una fábrica abandonada. El reportero Stuart Ramsay fue impactado por la espalda. Puestos a buen recaudo por unos civiles que estaban en la fábrica, se contactaron con su oficina central para que manden por ellos, pero no era posible. Tenían que esperar hasta el día siguiente. Horas después, la policía ucraniana los rescató.

PELIGROSA CENSURA

Al interior de la propia Rusia, la cosa tampoco es fácil para los periodistas. El viernes 4 de marzo, Putin firmó una ley que castiga con hasta 15 años de prisión a quien divulgue, sea periodista o no, informaciones que busquen “desacreditar” a las fuerzas armadas. También castiga a quien pida “sanciones contra Rusia”.

Esto ha provocado que intelectuales y artistas abandonen Rusia por temor a sufrir prisión. Sin embargo ese no ha sido el caso de la periodista Marina Ovsianikova, editora de la sección de internacional del Canal 1 de Rusia, el de mayor audiencia del país, quien el 15 de marzo irrumpió la transmisión en vivo del noticiero sujetando un cartel que decía: “No a la guerra. Parad la guerra. No creas la propaganda. Te están mintiendo”.

La editora Marina Ovsianikova protesta en vivo en televisión rusa a nivel nacional contra la guerra en Ucrania. “No a la guerra. No creas la propaganda. Te están mintiendo”, dice su cartel.

Distintos organismos internacionales se pronunciaron preocupados por su integridad luego que fuera detenida. Ante la atención mundial, un tribunal la liberó luego de 14 horas de interrogatorio y tras el pago de una multa de 250 euros. Pese a que Francia le ofreció asilo, ella decidió permanecer en Rusia.

Con el riesgo de la censura o de la violencia, estos hombres y mujeres de prensa optaron por informar antes que ceder. Y es que cuando la profesión que uno elige se convierte más en un estilo de vida, en una responsabilidad derivada del gran poder que tiene la prensa, no importa el peligro o el miedo, sino informar, siempre.

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