El Aprende Haciendo a través de proyectos de Investigación

Aprende Haciendo

Para entender un poco más la filosofía pedagógica de ISIL, tendríamos que remontarnos a Aristóteles, quien fue el primero en acuñar la frase: “Lo que tenemos que aprender, lo aprendemos haciendo”. Y es que, aunque al día de hoy suene como una obviedad en la educación, las metodologías de enseñanza tradicional, siguieron otros caminos y teorías que se basaron más en la oratoria del mentor.

No fue hasta 1897 que John Dewey, filósofo y pedagogo estadounidense, en su manifiesto “Mi credo pedagógico”, vuelve a cuestionar la manera de enseñanza en las aulas de clases, explicando que la educación no es un asunto de narrar y escuchar, sino que es un proceso activo de construcción. Por este aporte al mundo educativo, Dewey es considerado el padre de la educación experiencial moderna. 

Pero fue William Kilpatrick, estudiante de Dewey, quien presenta formalmente en 1918, su teoría sobre el llamado “Método de Proyectos”, el cual intenta imitar la vida en el proceso de aprendizaje, ya que todas las acciones del hombre, no son otra cosa que realizaciones de proyectos. Con esta teoría se asentaron, las bases del “Learning by doing” o como lo conocemos en ISIL, “Aprende Haciendo”.

Aprender haciendo proyectos de investigación aplicada

Kilpatrick, distingue varias modalidades de aplicación de su metodología de proyectos, pero en la actualidad podríamos decir que las fases comunes son:

1.- La propuesta: la cual debería basarse en los intereses del grupo para conocer algo, tratando de encontrar una situación problemática a la que deben dar respuesta.

2.- La planificación: es decir, los estudiantes deben poner en la mesa lo que saben y lo que deberían saber, para resolver la problemática y así plantearse sus propias rutas de aprendizaje y la organización de su proyecto.

3.- La investigación: a partir de un escenario concreto, aterrizado desde la problemática encontrada, el estudiante deberá dirigir la investigación, contando con su pensamiento crítico y analítico. En este espacio, el docente, se convierte en una especie de asesor de proyectos y agente motivador de la curiosidad del estudiante.

4.- La aplicación: al finalizar la investigación, los estudiantes deberán presentar los resultados que se traducen a un producto concreto (de preferencia tangibles, pero también puede ser conceptuales). Esto porque, al aplicar el conocimiento adquirido en el desarrollo del producto, se producen los aprendizajes más relevantes que deberían ser reconocibles para el estudiante. 5.- La evaluación: en esta etapa la participación de toda la clase es importante, porque al poner en común, todo lo aprendido, pueden volver a plantear lo que se sabe hasta ahora y que necesitan saber para seguir mejorando el proyecto. Es así, que la experiencia educativa, se convierte en un proceso iterativo que convierte al proyecto en un círculo virtuoso de aprendizaje infinito y actualizable.

Investigación aplicada e innovación

En ISIL, además de tener esta filosofía de experiencia formativa en las aulas de clase, tenemos a la Dirección de investigación aplicada e innovación, que se dedica a fomentar la participación de los alumnos en proyectos con experiencias formativas en situaciones reales de trabajo (EFSRT) y proyectos de innovación social que aporten propuestas de solución a los objetivos de desarrollo (ODS) de la ONU.

La idea es simple, es un espacio donde alumnos y docentes expertos, se reúnen para desarrollar proyectos reales organizándose por equipos multidisciplinarios, llamados “Dream Teams”. Juntos han atendido las necesidades de diferentes empresas, ongs y emprendimientos estudiantiles. Algunos clientes han sido: PromPerú, la Federación Peruana de Fútbol, ONG Juguete pendiente, ONG Infant, Asoparacas, Agencia ISIL, entre otros, donde los estudiantes, no solo se enfrentan a una situación real de trabajo, si no que además se sienten parte del desarrollo de algo que puede aportar a la sociedad en diferentes aspectos.

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