La Hora del Planeta 2023 tuvo lugar el 25 de marzo pasado con gran acogida, sin embargo apagar los aparatos eléctricos no basta puesto que siguen generando un consumo de energía importante cuando están en modo suspendido. Conozca más sobre el llamado: consumo vampiro.

Por: Redacción

Olas de intenso calor o de frío extremo, lluvias desproporcionadas o sequias feroces se han convertido en noticias de primera plana alrededor del mundo. La preocupación por los estragos del cambio climático ya dejó de ser algo que hablar pensando en las futuras generaciones para convertirse en una dramática realidad. Ante este panorama, muchas son las iniciativas a nivel global para poder mitigar los efectos de cientos de años de consumo y abuso desenfrenado de nuestros recursos naturales. Una de esas iniciativas tuvo lugar el pasado 25 de marzo a nivel mundial: La Hora del Planeta.

Esta iniciativa creada por el World Wilde Fund (WWF) en el 2007 busca crear conciencia sobre el cambio climático y la necesidad de revertir el daño causado a nuestro ecosistema. Es por eso que, a través de campañas a nivel mundial, llaman a apagar las luces durante una hora el último sábado de marzo de cada año.

El Estado peruano acogió esta iniciativa en el 2009 y desde entonces, incluso durante pandemia, logró que miles de ciudadanos e instituciones públicas se sumasen.

Pero, ¿qué más se puede hacer una vez que las luces se encienden nuevamente?

El Lawrence Berkely National Laboratory de la Agencia Internacional de la Energía en Estados Unidos, propone realizar un paso aparentemente insignificante, pero altamente efectivo a largo plazo: desenchufar los aparatos eléctricos que no están en uso.

Cuántos de nosotros por apuro o mera comodidad ha dejado el cargador de celular enchufado. Levante la mano quien dejó en dramática pausa su match de FIFA en el Play Station. Ni qué decir de las laptos, pc’s o mac que se dejan enchufadas y en standby para un arranque rápido la mañana siguiente.

Si bien el consumo de energía de los aparatos eléctricos en modo standby es menor a que si estuvieran enchufados, pues sumados generan un consumo importante que termina por engrosar el recibo de luz.

Conozca más sobre el consumo de energía de los aparatos eléctricos mientras están en modo suspendido en la siguiente pieza interactiva.

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Con el paso del ciclón Yaku por las costas de nuestro país, muchas personas sufren estragos no solo en calles u hogares, sino también en su salud. ¿Es simplemente fruto del “cambio de clima” o se trata de algo más complejo?

Por: Sebastián Marín

A medida que me siento a redactar acompañado de una taza de té de kion mientras un shopper de un aplicativo de delivery va en busca de un conocido jarabe de hiedra, me pregunto ¿cómo llegué a enfermarme con cierta gravedad? Mi madre lo atribuyó al cambio de clima, pero decidido a ir más allá, como buen periodista, llegué a un término médico bastante peculiar: meteorosensiblidad, que es una condición que padecen ciertas personas ante los cambios del clima y que puede llegar a ser incapacitante.

La meteorosensiblidad también se conoce como meteoropatía y despierta un conjunto de síntomas y reacciones en personas que, por alguna enfermedad preexistente o un grado mayor de sensibilidad, no pueden adaptarse fácilmente a las variaciones en el clima.

Pero, ¿cómo un aumento de la humedad, vientos, subidas o bajadas bruscas de temperatura puede afectar a las personas con meteoropatía?

De acuerdo con la base de datos de temas médicos stetoskop.info, las condiciones climáticas adversas provocan ondas electromagnéticas que llegan a afectar al hipotálamo, haciendo que segregue en mayor cantidad la hormona del estrés. El cuerpo humano, para combatir a esta hormona, produce más células inmunitarias, lo que provoca una inflamación que puede causar daño en los vasos sanguíneos.

El resultado abarca un amplio rango de reacciones: las más comunes son migrañas, zumbidos en la cabeza, mareos, irritabilidad, debilidad. Incluso el estado de ánimo, golpeado por los síntomas físicos, puede verse afectado.

Un informe publicado por el portal thefreelibrary.com, la radiación producto de las erupciones solares afecta el sistema nervioso de las personas sensibles haciendo que sus reflejos sean más lentos. Se ha reportado incluso un aumento de accidentes de tránsito cuando estos fenómenos ocurren.

El sistema circulatorio, señala el informe, también sufre con los aumentos y bajadas de temperatura. Se tiene registrado que, ante el descenso de la temperatura, los vasos sanguíneos se contraen, lo que genera resistencia cardiaca y vascular. La sangre se vuelve entonces más densa y propensa a la coagulación. De esta forma los ataques de anguina, los infartos y los accidentes cerebrovasculares llegan a aumentar.

Por otro lado, la subida drástica de temperatura conlleva otros riesgos. Los pacientes de esclerosis múltiple ven sus síntomas exacerbados cuando esto ocurre.

Las precipitaciones también causan estragos, no solo en la infraestructura urbana (como lamentablemente estamos viendo en nuestro país) sino también en el cuerpo humano.

Antes de una tormenta o fuerte lluvia, la presión atmosférica sufre una rápida caída, lo que genera que los fluidos corporales y gases se propaguen y almacenen en las articulaciones. Personas propensas a problemas reumatológicos sufrirán entonces un aumento del dolor, mientras que quienes sufren de migrañas, puedan experimentar cuadros particularmente agudos.

Los vientos también son señalados como causantes de diversos tipos de dolencias. En la zona sur de Alemania, en Baviera, los vientos Föhn (aire caliente en alemán) están conformados por una masa de aire caliente y seco que baja por la ladera de las montañas haciendo que la temperatura suba. Estos vientos han sido señalados como causantes de migrañas y hasta psicosis. Incluso un estudio publicado por el National Center for Biotechnology Information, señala al Föhn como un desencadenante de suicidio en personas con depresión.

De acuerdo con el portal médico healthline.com, el 30% de la población mundial vive con algún tipo de meteoropatía y son las mujeres las más propensas, sobre todo las que inician en la etapa menstrual y quienes se encuentran en la etapa de la menopausia.

Ante este panorama, este portal recomienda a las personas con meteoropatía llevar un diario de su estado de ánimo y físico para poder detectar un patrón climático que desencadena sus malestares. Sugiera también revisar constantemente el pronóstico del tiempo para programar sus actividades y así evitar el estrés en los días de mayor impacto del clima. Finalmente, sugiere mantenerse en interiores y así evitar exponerse al medio ambiente.

En los últimos años el Perú y el mundo no son ajenos a climas extremos y constantemente cambiante. Entonces, ¿cuántas de nuestras gripes o fiebres por “el cambio de clima” son realmente solo eso? ¿Cuántas de nuestras tristezas al llegar el invierno o alegrías al llegar el verano son solo cosa nuestra?

Parafraseando a Descartes: “¿Cogito ergo sum o cogito ergo sum meteorosensible?”

Estar conectado a las redes sociales nos permite estar al día en tendencias, recomendaciones o guías que muchas veces llevamos a nuestra vida diaria y pueden llegar a poner en riesgo nuestra salud.
La Importancia de poder seguir influenciadores que pertenecen al campo de la salud nos permitirá aprender a discernir el contenido científicamente comprobado del que no.

Conoce un poco más acerca de los riesgos en la salud en las redes sociales a través de Daniela Vizcarra (@Littledoctora) y la Dr. Catherine Córdova (@dermatica.pe) en la siguiente pieza interactiva.

Por Gabriela Ocrospoma

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Carlos Saavedra Soria tenía 83 años cuando falleció el pasado sábado 4 de marzo. Entre otras grandes fotos, la más conocida es la que le realizó en 1983 al entonces ex capitán del Ejército, Vladimiro Montesinos, quien se desempeñaba como abogado de militares acusados de tener vínculos con el narcotráfico. La responsabilidad de esa investigación recaía en manos de Gustavo Gorriti, actualmente director de Idl-Reporteros. En las siguientes líneas, reproducimos una breve entrevista realizada por ese medio a Carlos Saavedra en el 2010 y una historia inédita de cómo 28 años después volvió a fotografiar a Montesinos.

Por: Redacción.

(*) Entrevista aparecida en: https://www.idl-reporteros.pe/el-ninja-de-la-fotografia/

¿Cómo empezó a trabajar como fotógrafo?
Fue en Caretas en 1975, en la revista Espejo con Doris Gibson. Mi primer caso de seguimiento fue a Vladimiro Montesinos en 1983. Lo seguí por tres días. Un día antes de hacer la foto estuve disfrazado de limpiador de autos.
La persecución fue como una serie de la época ‘Las calles de San Francisco’,  los chirridos, los frenazos, su carro de ocho cilindros y el mío de cuatro. Me quedaron en la mente los golpes de timón y las calles pequeñas aledañas a la avenida Colonial. En vista de que no podía alejarme, me metía a calles desconocidas para mí en el Callao. Fui a la comisaría para buscar un resguardo y mientras escondía los rollos de color, se adelantó y me dijo que me detuviera. Le sorprendió que vaya a la comisaría. Lo bueno es que después de la gran carrera vino la gran foto.

Él no sabía por qué le tomaba fotos y me preguntó “¿Por qué los de Caretas me quieren tomar fotos? Ellos son mis amigos”. Luego me invitó a almorzar –estaba acompañado de mi esposa Delfina–, diciendo “es la hora de almuerzo ¿no quieres un cebichito?”, y le respondí, no ni hablar. En eso, Delfina fue a buscar un teléfono para llamar a Caretas y habló con Gustavo Gorriti –quien había pedido la foto– y le contó lo que pasaba. Le pregunta: “Dice Montesinos que por qué le toman fotos” y Gorriti responde que le diga a Montesinos que “compre la revista el lunes para que se entere”.

¿Qué características debe tener un fotógrafo que se especializa en seguimientos?
Tener mucha paciencia, calma y no desesperarse. Hay seguimientos que toman dos horas, y yo feliz, pero la mayoría demoran tres días en promedio.
Siempre viajo en mi carro viejito y siempre paro solo porque no me gusta colgarme la cámara al cuello y gritarle al mundo que soy fotógrafo. La paciencia  es una virtud indispensable pero también algo de suerte, porque  espero hasta que consigo.

SE CIERRA UN CICLO

A inicios del 2011 Carlos Saavedra tuvo una nueva, y última, oportunidad de fotografiar a Vladimiro Montesinos. Patricia Caycho, entonces periodista de la unidad de investigación de la revista Caretas, había acordado una entrevista epistolar con Montesinos, preso en la prisión de máxima seguridad de la Base Naval del Callao.

Se avecinaban unas complicadas elecciones donde Keiko Fujimori y Ollanta Humala encabezaban las preferencias y conocer lo que Montesinos sabía de ambos candidatos era vital.

Era de rigor fotografiar a Montesinos. En Caretas: “la foto manda”, es por ello que se acordó con el ex asesor que se le fotografiaría durante la audiencia de uno de sus múltiples juicios. Como no podía ser de otra forma, la periodista pidió a Carlos Saavedra que fuera él quien lo fotografiara para así cerrar un círculo abierto en 1983.

Carlos, Carlitos, aceptó con su eterna sonrisa. El día señalado, Carlos se presentó en la sala de audiencias de la Base Naval del Callao muy temprano. Esperó a que los magistrados, fiscales y abogados tomaran asiento. Al final, un impecablemente vestido Montesinos hizo su ingreso. Tenía una hoja de papel entre sus manos. Miró a Carlos y, con una discreta sonrisa, le hizo un saludo con la cabeza. Saavedra hizo lo propio. Viejos conocidos a quienes los vaivenes del destino volvía a juntar.

De pronto, Montesinos desplegó su papel ante el lente de Saavedra. A puño y letra decía: “Estimada señorita Caycho. Presente”. Una prueba palpable de su disposición a responder el cuestionado que le envió la periodista días antes. Pero las respuestas nunca salieron de la Base Naval. Al parecer, un avispado guardia interceptó el documento y lo decomisó, quedando en el misterio lo que Montesinos había decidido contar, sobre Keiko Fujimori y Ollanta Humala.

Pero Saavedra se sentía satisfecho. Había logrado fotografiar nuevamente a Montesinos sin saber que sería la última vez.

La muerte encontró a Carlos Saavedra la noche del sábado 4 de marzo luego de luchar por varios años contra los avatares de la vejez. Queda su trabajo, su amistad, su trayectoria. Adiós Carlitos.