CIRO CASTILLO: “EL SANTITO DE CHIVAY”
Han pasado 11 años desde que la prensa nacional diera la noticia de la desaparición de dos jóvenes en el Colca. Se trataba de Rosario Ponce y Ciro Castillo. Ella sobrevivió, pero el joven estuvo desaparecido por varios meses hasta que su cuerpo sin vida fue hallado en una quebrada. Rosario fue investigada, pero luego declarada inocente de haber causado la muerte de su entonces enamorado, quedando así en el misterio las circunstancias de la muerte de Ciro. Conozcamos más sobre el poblado que lo ha adoptado como hijo ilustre y que rinde tributo a su memoria con una escultura que se ha convertido en el principal atractivo turístico del lugar.
Por: Raquel Malca.
En mi ruta de retorno a Lima desde Poroy, Cusco, había considerado conocer Arequipa, sobre todo el Cañón del Colca. Tras 11 horas de viaje por tierra llegué a dicha ciudad. Tomé un mini bus y pasadas unas tres horas más de camino, un poco más de 150 kilómetros para ser exactos, arribé a Chivay.
Chivay, capital del distrito y provincia de Caylloma, está situada a 3,635 m.s.n.m y se encuentra a 711 kilómetros de Lima. Ubicada en la parte alta del Cañón del Colca, es un paso obligado para quienes quieren conocer esta maravilla natural. Ni muy cálida ni muy fría, durante el día llega entre los 14 y 17 grados, mientras que en la noche puede bajar hasta los 3°.
Al llegar fue imposible no recordar la historia de esos dos jovencitos universitarios cuyos nombres saltaron a las primeras planas de los medios nacionales, y también internacionales, al extraviarse en el Colca. Ciro Castillo y Rosario Ponce, ambos no pasaban los 26 años cuando desaparecieron el 3 de marzo del 2011.
El 13 de abril un helicóptero de rescate ubicó a Rosario en una quebrada cerca al nevado Bomboya. Deshidratada, con quemaduras solares, se encontraba grave. De Ciro, ni la sombra. Ella no pudo dar la ubicación de su compañero. Contó que se perdieron y ella enfermó. Él fue a buscar ayuda y nunca volvió.
Ciro Castillo padre fue en busca de su hijo y movilizó detrás de él a todo el país. Denunció también a la joven por homicidio. Le resultaba increíble que ella hubiera sobrevivido y su hijo no. Periodistas nacionales e internacionales cubrían los esfuerzos de los equipos de búsqueda que iban de arriba abajo por el Cañón. Pasaron 200 días de búsqueda cuando al fin el cuerpo del joven fue encontrado el 20 de octubre del 2011. La joven fue investigada, pero posteriormente se archivó el caso por falta de pruebas. Ella siempre aseguró que no tuvo responsabilidad en la muerte de Ciro.
“El Santito de Chivay”
En Chivay, la memoria de Ciro Castillo se mantiene viva. El joven de 26años fue nombrado hijo ilustre de la provincia y se ha convertido en una especie de santo popular. Su nombre está rodeado de un aura de misterio. Mientras los operadores turísticos no hablan de él, los pobladores recuerdan al “Santito de Madrigal”.
Algunos incluso aseguran recordarlo. “Yo lo vi que estaba viajando, lo vi normal. A Ciro le gustaba compartir con los pobladores, tomando su chicha local y el vino Challasca. Estuvo en una casa rústica estilo turismo vivencial con comida típica, pero la chica no estaba tranquila, quería ir de frente a Madrigal, no quería conocer al igual que Ciro”, recuerda una lugareña que pidió no ser identificada.
Pasando el único arco que hay en la Plaza de Armas, frente al Centro Comercial N°1, entre los pasajes La Unión y Polvos Azules, estaba “El Negrillo”, una estatua imponente entre las demás en homenaje a la danza que representa a los hombres de la Costa que emigraron a la provincia de Caylloma como trabajadores en las minas o comerciantes. El rostro de la estatua es el de Ciro Castillo que ahí, sonriente y jovial, quedó perennizado.
Tuve la oportunidad de conversar con una lugareña que me contó que la estatua es muy popular entre los lugareños y visitantes. Se toman foto, le hablan e incluso, durante las fiestas patronales, le colocan ofrendas de flores.
Hacer la peregrinación de la ruta de Ciro Castillo, era lo que más me emocionaba hacer en el Valle del Colca y poder ver el nevado Bomboya. Había escuchado que era muy raro poder ver a los majestuosos cóndores, cada vez más esquivos. Pero tuve suerte, llegué ver el vuelo de 7 cóndores que pasaron muy cerca de mí.
“Así como el cóndor Ciro vuela libre por el Cañón, señorita”, me dijo una pobladora. Me despedí así de estas imponentes maravillas de nuestro país, pensando en Chivay, en los cóndores y en Ciro.