FUEGO ENEMIGO: LA PIROTECNIA PONE EN JAQUE A LOS MÁS VULNERABLES

Diciembre en el Perú es sinónimo de fiesta y tradición, durante los últimos días del mes se celebran fechas importantes como la navidad y la venida de un año nuevo, pero que pasa si dejamos la celebración de lado y nos ponemos a pensar en los aspectos negativos que ello trae consigo.

Por Gabriela Ocrospoma

Sin ir muy lejos la pirotecnia es un factor contaminante en el aire y daña la atmósfera, ya que los fuegos artificiales y juegos pirotécnicos están compuestos por tóxicos que liberan gases como el monóxido de carbono los cuales demoran entre 2 y 3 días en disiparse y lo que parece ser un pequeño gusto de unos segundos termina provocando daños perjudiciales para el medio ambiente y la salud de muchos seres vivos según el Ministerio del Interior.

La pirotecnia provoca tres tipos de contaminantes: el perclorato, agente oxidante que se utiliza para lanzar el cohete, los metales pesados que van en la bomba explosiva y producen la coloración del estallido y los aerosoles sólidos que se producen después de la explosión.

Además, generan partículas de pólvora, azufre o carbono que se quedan en el aire después de la explosión y pueden ser ingerido por las vías respiratorias de los seres vivos, genera un riesgo para las personas con enfermedades respiratorias como el asma, neumonía o enfermedades pulmonares.

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Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) el límite recomendable de sonido apto para la salud auditiva de los humanos es de 65 decibelios, si embargo cuando un cohete o fuego artificial explota puede llegar a alcanzar los 190 decibelios, que es tres veces mayor a la cantidad que podemos soportar, entonces no solo se habla de contaminación acústica, sino de que si ni el oído de un adulto puede soportarlo mucho menos el de un bebé y puede traer consigo efectos vulnerables a su salud, como lesiones auditivas.

Por otro lado, si nos referimos al nivel de impacto que puede llegar a tener en personas vulnerables en donde afecta su salud como lo son las personas con trastorno del espectro autista (TEA), adultos mayores o personas con problemas de salud mental hablamos con un experto en el tema, el Licenciado Enrique Sarmiento, Catedrático de la Universidad Mayor de San Marcos y miembro del observatorio nacional de salud mental OPS, quién precisó que es importante saber cómo funciona un cerebro neurotípico y así poder entender porque la disminución de la conectividad entre neuronas les afecta en las limitaciones de la integración sensorial.

Las personas con un cerebro neurotípico sienten displacer al escuchar los fuegos artificiales, ya que no saben la razón por la cual se producen lo cual genera un efecto negativo en el sistema olímpico, al causar displacer altera el tronco encefálico y esto puede llegar a provocar taquicardia o taquipnea, aumento de la frecuencia cardiaca, aumento de la frecuencia respiratoria, miedo, temor y sudoración excesiva.

En personas que estén sufriendo un proceso esquizofrénico, puede ser una descarga o motivación para una crisis de epiléptica, ya que ellos cuentan con una afectación del lóbulo temporal.

Si hablamos de las consecuencias que puede llegar a tener en los animales, debido a su sensibilidad auditiva los ruidos fuertes pueden provocarles pánico, perder el rumbo o lastimarse. A demás, la pérdida del control es muy habitual en este tipo de situaciones que trae consigo posible taquicardia, jadeo, salivación, temblores, dependiendo de cada caso particular, se debe consultar con un médico veterinario para poder utilizar la correcta medicación.

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La pirotecnia es uno de los factores que incrementa la contaminación ambiental, si bien es cierto no es la causa principal influye en su impacto en nuestra sociedad, decidamos con responsabilidad si vale la pena 10 minutos de diversión que  podrían afectar nuestra calidad de vida y la de los demás.