ALTA FIDELIDAD: EL RETORNO DEL DISCO DE VINILO

Alta fidelidad: antiguos y nuevos melómanos encuentran en el vinilo una forma para disfrutar la música en su forma más pura.

Por: Sebastián Marín

Los humanos somos seres musicales por naturaleza, sin embargo, no fue hasta la invención del fonógrafo que pudimos “capturarla” y reproducirla a potestad. Luego pasaríamos por los discos de vinilos, casetes, CDs, reproductores MP3, streaming y ¿vinilos nuevamente? ¿Vinilos en el siglo XXI? La respuesta a esta pregunta es un rotundo SI.

Si bien nunca dejaron de comprarse, las cifras en los últimos años vienen experimentando un crecimiento exponencial. En el año 2007, las cifras (antes descendentes) alcanzaron un millón de discos. Para 2014, y con un pico de crecimiento del 54%, se cerraba el año con la venta de 6 millones de copias.

Pero, en definitiva, fue el 2015 el que tomó por sorpresa a los melómanos, artistas y disqueras. Ese año, los vinilos marcaron 12 millones de unidades vendidas, generando 416 millones de dólares, según la Asociación de la Industria Discográfica de Estados Unidos (RIAA, por sus siglas en inglés). Una cifra así no se registraba desde finales de los años 80s.

La pregunta del millón sería: ¿Qué factores propiciaron el retorno de los discos de vinilo? Para ello, conversamos con Sandro Mairata, periodista de profesión y melómano de corazón.

Son varios motivos por los que el vinilo ejerce un fuerte regreso en los últimos años:

• La música se volvió disponible en formato de streaming, de calidad similar a la de un CD, por ello la gente dejó de comprarlos. Dejó de tener sentido. ¿Cómo entonces la industria musical podría atraer la necesidad de compra? Los empaques de vinilos son grandes, tienen artes que se pueden apreciar mejor por sus dimensiones, generan un contacto más personal con el artista. Por ello también se vuelca el apoyo a volverlos a producir, porque los compradores sí sienten que pagan por algo más que solo la música.

• La calidad de las propuestas musicales masivas desde el 2000 en adelante ha venido decreciendo. Esta es una apreciación subjetiva pero la sustento en que son pocos los álbumes de artistas de géneros como electrónica o reggaetón o pop genérico que apuesten por formatos de “álbum completo”, ellos están orientados más a los sencillos, a las canciones individuales. Eso motiva que los compradores apuesten por volver a álbumes clásicos, a lanzamientos antiguos (pre-año 2000) que estaban aún concebidos para ser disfrutados desde el primer tema hasta el último.

• Objetivamente, se comprobó que los CDs no eran “eternos”. Se rayan rápido, a veces no se leen bien en los equipos de sonido y, aunque se almacenen con cuidado, se llenan de hongos o peor, les salen unos hoyos que perjudican el sonido.

• Asimismo, el vinilo también es un mejor soporte sonoro. Allí donde el CD y los formatos digitales son más nítidos, el sonido salido del vinilo tiene más cuerpo, más contundencia, la textura de lo que se escucha tiene una calidez distinta.

• Finalmente, el vinilo tiene la mística de la búsqueda de ediciones especiales (primeras ediciones, ediciones raras o exóticas, diferentes calidades según el país donde se editaron y la mezcla empleada), lo cual genera un ecosistema de coleccionistas dispuestos a invertir grandes sumas en buenos lanzamientos.

Nuestro país no es ajeno a este boom, llegando a organizarse el Festival Internacional del Vinilo (FIV), de la mano de Psycho Producciones, que este año celebrará su tercera edición. Contamos con tiendas destacadas en reviews como Discos Eternos, Lazy It Is Discos y Ciudad Disco, que, junto a distribuidores independientes como Andrés Tapia de Repsychled Records, están dedicados a distribuir discos originales e inclusive reeditar música peruana del pasado, con gran calidad. Contamos también con DJs de vinilos, tocadas y grandes coleccionistas como Pedro Solano, Hugo Salazar, Cucho Peñaloza, entre otros.

Sandro Mairata, periodista y confeso melómano coleccionista de vinilos.

Exploremos algunos títulos que no pueden faltar para melómanos y/o coleccionistas, tanto amateurs como experimentados:

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Pero ¿qué sucede una vez compramos nuestros vinilos favoritos? ¿Cómo podemos conservarlos adecuadamente? La web de Masterclass nos brinda algunos consejos útiles para hacerlo a mano y no gastar demasiado adquiriendo máquinas como una aspiradora o lavadora de vinilos.

Comencemos con la limpieza, es esencial comenzar retirando el polvo y partículas que puedan cubrir nuestro disco. Para esto, los expertos recomiendan usar un cepillo de fibras de carbono ya que sus cerdas eliminarán la estática que retiene el polvo en la superficie y que, al momento de reproducirlos, crean ese crujido chisposo. Haremos el procedimiento de forma suave y circular, siguiendo la dirección de los surcos.

Acto seguido, utilizaremos una solución limpiadora, la podemos conseguir en kits de limpieza de vinilos -usualmente incluye el cepillo-. También podemos emplear una que no incluya alcohol isopropílico. En última instancia, emplear agua y jabón. Es importante mencionar que el agua debe ser desionizada o destilada y que algunos jabones muy abrasivos como el de platos pueden dejar una partícula en tu vinilo.

Continuaremos envolviendo un dedo en un paño suave, sin pelusas ni hilos, para luego remojarlo ligeramente con nuestra solución para limpiar los surcos, de dentro hacia fuera y en sentido horario. Una vez alcanzado el exterior, retornar en sentido antihorario. Debemos mantener también el dedo firme para evitar dañar el disco con nuestras uñas.

Finalmente, procederemos a revisar, en busca de grumos o suciedad acumulada. De encontrarse, limpiar nuevamente con una sección limpia del paño y solución limpiadora. Una vez terminado el proceso, secar con un paño suave de microfibra. Evitar a toda costa guardar un vinilo húmedo, pues puede desencadenar que se deforme.

Un vinilo debe ser manejado con cuidado, evitando tocar la superficie para no dejar residuos o grasas. La forma correcta de sujetarlo es con las yemas y de los bordes, y devolviéndolo a su carpeta. Podemos adquirir, además, fundas protectoras de plástico, ya que protegen mejor que el papel.

En cuanto a almacenarlos, es mucho mejor tener una estantería para que queden en forma vertical, ya que, al guardarlos en cajas como muchas tiendas, pueden golpearse y dañarse unos contra otros al caer.

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